Un día como hoy, 20 de junio, pero de 1811, se decretaba en la Ciudad de México que la efigie del rey español Fernando VII en las monedas de curso legal sería “de busto desnudo” y no de estilo “de armadilla”, incluyéndose para las de oro, pero esta orden solo se ejecutó casi exclusivamente en las de plata al aparecer el busto con toga, y esto hasta fines de ese año. Por alguna razón, y a pesar de tenerse el diseño oficial enviado desde España, y de haberse recibido en Veracruz desde el 15 de abril de ese año, se inició la acuñación del busto correcto en la Casa de Moneda de México hasta octubre o noviembre de 1811, tardando las demás casas de moneda en hacerlo por cuestiones técnicas, aunque sería para 1812 que ya estaba la mayoría, a excepción de la Casa de Moneda de Chihuahua (que lo haría hasta 1815) en el uso de este diseño.